Retina y Mácula
La degeneración macular asociada a la edad
Esta enfermedad (abreviada: DMAE) es hoy en día la principal causa de ceguera en la población de tercera edad en el primer mundo.
El envejecimiento de la población junto con la aparición de tratamientos novedosos la tienen a día de hoy en el centro del debate médico.
Como su nombre indica, la DMAE afecta la mácula, que es el área central de la retina. Esta se ocupa de proporcionar la visión fina (la capacidad de distinguir caras, o letras, por ejemplo).
Esta enfermedad se manifiesta en pacientes de edad avanzada y provoca una pérdida de visión, en la mayoría de los casos lentamente progresiva, aunque puede evolucionar a formas en las que la pérdida es muy acelerada.
Tradicionalmente se ha hablado de dos formas de DMAE, la “seca”, más frecuente, en la cual, la pérdida de visión es lenta, y la “húmeda” o hemorrágica-exudativa, que puede debutar de una forma más agresiva, dando lugar a una pérdida rápida de visión.

Los pacientes con DMAE pueden por tanto empezar a percibir los síntomas de forma muy sutil o bien pueden percibir una disminución brusca de la visión de un día para otro o incluso la aparición de un escotoma, una mancha situada en el centro del campo de visión.
Lo más importante para el tratamiento de la DMAE son un diagnóstico, seguimiento e instrucciones adecuadas.
La forma “seca” no tiene tratamiento como tal, pero la forma “húmeda” se puede tratar hoy en día mediante los fármacos antiangiogénicos, que han mejorado espectacularmente el pronóstico visual para estos pacientes, si son tratados a tiempo.
Sin embargo, este tratamiento tiene limitaciones, y como hemos mencionado, no lo hay para la forma seca de la enfermedad, de forma que en todo el mundo se están ensayando docenas de tratamientos nuevos que seguramente cambiarán a mejor el pronóstico y calidad de vida para estas personas.

Test de la rejilla de Amsler
Instrucciones para realizar el test:
– Con las gafas que habitualmente usa para leer, sostenga la rejilla a una distancia aproximada de 30 cm de la cara, con buena iluminación.
– Cubra un ojo.
Mire directamente al punto central con el ojo descubierto y manténgalo enfocado allí.
– Repita el mismo procedimiento con el otro ojo.
Llame a su oftalmólogo de inmediato si alguna línea o partes de la rejilla se ven borrosas, onduladas u oscuras.

El desprendimiento de retina y las miodesopsias o moscas volantes.
La retina la encontramos recubriendo la parte interna del ojo como un papel pintado que recubre la pared, mientras que el centro del ojo está relleno de un líquido gelatinoso, el vítreo.
El vítreo se encuentra adherido a la retina, con los años se separa de la misma en un proceso natural llamado desprendimiento del vítreo. Ocasionalmente este desprendimiento de vítreo producirá la aparición en el campo visual de “manchas” o “moscas volantes” semitransparentes que parecen estar flotando delante nuestro y que se mueven cuando movemos la vista.
Estas moscas pueden ir acompañadas de visión como de chispas o relámpagos.
En un pequeño número de casos el desprendimiento de vítreo se produce de forma patológica, provocando una rotura en algún punto de la retina. Si esta rotura no recibe el tratamiento adecuado, con los días el líquido del interior del ojo se puede meter por debajo de la misma, provocando que la retina se despegue de su lugar y ocasionando el desprendimiento de retina.
En este punto, las moscas volantes se convertirán en una cortina que progresivamente irá tapando el campo de visión.
En un pequeño número de casos el desprendimiento de vítreo se produce de forma patológica, provocando una rotura en algún punto de la retina. Si esta rotura no recibe el tratamiento adecuado, con los días el líquido del interior del ojo se puede meter por debajo de la misma, provocando que la retina se despegue de su lugar y ocasionando el desprendimiento de retina.
En este punto, las moscas volantes se convertirán en una cortina que progresivamente irá tapando el campo de visión.

El mejor tratamiento del desprendimiento de retina consiste en evitar que éste llegue a producirse. Por eso, si apreciamos la aparición súbita de estas moscas volantes hemos de procurar que se nos examine rápidamente el fondo de ojo por un oftalmólogo para que compruebe si nuestro caso va acompañado de roturas en la retina. Si es así, las roturas se pueden tratar con láser de manera eficaz para evitar que progresen. Si cuando acudimos el desprendimiento de retina ya está presente la única opción disponible es la cirugía, más aparatosa pero que hoy día aporta altas tasas de éxito, especialmente en desprendimientos recientes que no han tenido tiempo de hacerse grandes.
Así pues el desprendimiento de retina es una situación potencialmente grave que tratada a tiempo se soluciona satisfactoriamente. Conviene estar alerta y consultar rápidamente si experimentamos alguno se los síntomas que hemos relatado.