Glaucoma
El glaucoma constituye una de las principales causas de ceguera a nivel mundial, se define como un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico, cuya salud es vital para una buena visión.
A medida que este nervio se deteriora gradualmente, aparecen puntos ciegos en el campo visual, que suelen relacionarse con un aumento de presión en el ojo.

Esta presión ocular se debe a la acumulación de líquido (humor acuoso) que circula en el interior del ojo, que, por lo general drena a través de un tejido llamado malla trabecular que se localiza en el ángulo en el que se juntan el iris y la córnea. Un exceso de líquido o el fallo del sistema de drenaje provocan que el líquido no evacúe a su ritmo normal y aumente la presión ocular.
El glaucoma de ángulo abierto es la forma más común de la enfermedad. El ángulo de drenaje formado por la córnea y el iris permanece abierto, pero la malla trabecular está parcialmente bloqueada. Esto hace que la presión ocular aumente gradualmente, dañando el nervio óptico.
El desarrollo de la enfermedad sucede lentamente, por lo que puedes perder la visión incluso antes de que seas consciente de que hay un problema.
FACTORES DE RIESGO:
Algunas personas corren un mayor riesgo de padecer glaucoma:
- Ser mayores de 40 años.
- Tener familiares con glaucoma.
- Ascendencia africana, hispana, o asiática.
- Promedio de presión ocular elevada.
- Hipermetropía o miopía.
- Lesiones previas en el ojo.
- Uso prolongado de esteroides.
- Córneas delgadas en el centro.
La mayoría de las personas con glaucoma no notan ningún cambio en su visión hasta que el daño es grave. Por ello, es importante realizar exámenes oculares periódicos para obtener un diagnóstico temprano y tratarlo adecuadamente. Aspecto vital para retrasar y prevenir la pérdida de visión.
Para un diagnóstico y seguimiento adecuado de la enfermedad es necesario:
- Medir la presión ocular mediante el tonómetro de Goldmann.

Tonómetro de Goldmann

2. Realizar un examen completo del nervio óptico. Usamos una lupa específica y Tomografías de Coherencia Óptica, es decir, fotografía digital de alta resolución que detecta defectos muy pequeños en el nervio óptico. Logramos así diagnosticar el glaucoma en fases muy incipientes, antes de que aparezca una afectación del campo visual.
3. Campimetría. Exploración del campo visual para localizar áreas ¨ciegas¨ y medir su extensión.
Una vez realizado el diagnóstico y mediante el correcto control de la enfermedad a través del uso de fármacos denominados hipotensores oculares, la mayoría de los pacientes conservarán niveles de presión intraocular satisfactorios. Quienes no alcancen un control adecuado, podrán recurrir a opciones más intervencionistas tales como la cirugía y el láser.